miércoles, 1 de septiembre de 2010

Snake Eyes

"Un tipo en primer plano. Vamos a ver lo que está viendo. Supongamos que ve a una mujer con un bebé en los brazos. Ahora cortamos y recogemos su reacción ante lo que ve: él sonríe. ¿Cómo es el personaje? Es un hombre agradable, simpático… Ahora vamos a colocar un plano de una chica en bikini. Él mira. La chica en bikini. Él sonríe… ¿Qué nos parece ahora? Un viejo verde. Ya no es el mismo caballero a quien le gustaban los bebés. Ése es, para mí, el poder del cine"

Alfred Hitchcock

Ojos de serpiente (1998) es una de esas películas que si justo haciendo zapping la encontrás, la ves! Una vez que los ojos de uno hacen contacto con este thriller, se hace difícil cambiar de canal, y es por eso que la elegimos para inaugurar esta sección en la que recomendaremos esos filmes que sabemos, repetirán por tele: desde el sofá.

Si, ya sé, es más prometedor el principio que el final, se va diluyendo lentamente la credibilidad narrativa, Nicholas Cage y Gary Sinise como los personajes principales no pegan ni con cola (ni hablar que Gary me recuerda al T-1000 de Terminator interpretado por Robert Patrick, pero lo banco sólo por ser Mac Taylor en CSI NY), pero a pesar de todo, es más digna de ser vista, que muchos productos actuales…y De Palma me gusta y punto!

Y si de homenajear a Hitchcock se trata, probablemente Brian pelee uno de los primeros puestos del top ten. La devoción de este director hacia el gordo Alfred le brota por los poros y se pega en cada milímetro de celuloide, entregándonos a cada paso, no sólo escenas que nos retrotraen al mejor cine de Hitch, sino también, al mismo tiempo, nos brindan una clase magistral sobre algunas maneras de hacer cine que están buenas.

La historia transcurre en “The Powell Milleniunm” de Atlantic City, un partido de boxeo se lleva a cabo, pero a los minutos de transcurrido, es interrumpido por disparos. Gritos, huídas, escaleras, multitud, Eisenstein (perdón, me confundí de film), confusión, billetes, ring, y un detective que parece no entender nada….

Con mucho (todo, mejor dicho) de noir, este film no tiene descanso. Ya el plano secuencia (famosísimo) del comienzo con la cámara siguiendo los pasos de Rick Santoro por el estadio desborda los sentidos; la intriga se instala en el espectador porque se sabe…algo va a pasar! Todos ocultan algo aquí, todos chorrean sospechas, todos nos entregan su punto de vista: Santoro, el demasiado bueno Commander Kevin Dunne, la femme fatale pelirroja, pechugona e impaciente, el loco gritón parecido a Kid Rock, el senador Kirkland, el boxeador Lincoln Tyler, el millonario Gilbert Powell y la adorable Julia Costello.

La cámara de De Palma, habla, grita, canta, sueña….se mueve, incansable, impulsiva, insaciable; nos transporta a ese mundo, justo ahí, sobre los hombros de ese policía políticamente incorrecto.

Las sombras toman la posta, ya sabemos quién está detrás de todo, y esto nos da cierto plus de ansiedad. Perdidos en ese estadio y ese casino aledaño, transitamos los pasillos oscuros, mojados por esa lluvia que no deja de caer, nos mudamos a la sala iluminadísima donde el sonido de las maquinitas nos aturde, tanto como la ansiedad sobre quién llegará primero hacia Julia Costello….Santoro o Dunne, lo sigo diciendo, la tensión está a la orden del día.

Por eso, recomiendo este film, la historia es otra más de conspiraciones dantescas (como las que ocurren siempre en el norte), pero la manera de abordarlo la transforma en pieza de museo cinéfilo. Tiene un plano secuencia magistral pero no es La soga, un montaje paralelo inigualable pero no es Extraños en un tren y un plano cenital único pero no es Vértigo

Así que, bueno o malo, ácido o empalagoso, hay aquí un banquete que degustar, y está servido, así que complétenlo con un buen vinito, extiendan las piernas y pongan la mente en blanco, que el cine, como siempre, hará la otra mitad del trabajo!


GGss

Acá algunos horarios


No hay comentarios: