lunes, 28 de marzo de 2011

Todos dicen te quiero...un verdadero lemon pie

Días atrás, nuestro amigo José Matteucci decía en Los Mandingos de la Siesta (de lunes a viernes de 13 a 15 por FM Poriajhú 90.7), que cierto cine puede ser considerado como una tortafrita: uno nunca espera mucho de él pero no por eso deja de ser placentero...

Anoche, tuve la oportunidad de experimentar otro tipo de cine, un musical más cerca quizás de un lemon pie. El film en cuestión fue el conocido “Everyone says I love you” del genio Woody (hay veces que siento que esto con Allen ya es casi una evangelización), una cita que tenía pendiente (y vaya si pasó tiempo y agua bajo el puente sobre el río Hudson, se estrenó en el 96, cuando armaba el bolso para irme de viaje de estudios a Carlos Paz y empezaba a usar corpiño).

Dejando el último trapo al sol aparte, fue gracias a la magia de las redes que pude cumplir con la promesa, considerando que los films de Allen no son piezas tenidas tan en cuenta por la grilla como sí tantísimos films tortafriteros, eso se explica claro está, porque el lemon pie no responde a todos los paladares, la torta frita sí, y porque el lemon pie nunca, jamás, es igual en sabor, textura y figura.

Nunca fui muy devota de los musicales, me pesaba ver gente tan feliz que parecía volar y no tenía vergüenza de ponerse a cantar de la nada en, por ejemplo, un bar o una florería (aunque claro, buscar la felicidad en las tinieblas rutinarias era la esencia -para más info sobre este género leer "El cine por asalto" de José Pablo Feinmann-). Las amistades cumplieron a la perfección su rol de afectar y contagiar demencia y fue a partir del teatro que empecé a considerarlos, a entenderlos, hasta dejarme lentamente ser parte y querer estar ahí.

Fueron efectivos porque despertaron un monstruo dormido, la imaginación infantil que siempre había latido en algún lugar de la psique, en los sueños of course, pero más allá, en la mente, en ese escenario puertas adentro en el que cantaba y bailaba, desde los rincones del orfanato de Chiquititas hasta de la mano de David Bowie en Laberinto (bultos aparte).

Y Woody traslada la esencia teatral antes que en los pasos de baile en la forma de describir el espacio, con paneos y largos planos secuencias que nos ubican AHÍ, en medio del flujo de diálogos que siempre terminan abordando lo complicado de las relaciones humanas, lo frágil de las idealizaciones, lo difícil de la fidelidad, lo fantasmagórico del sexo, lo triste del paso del tiempo y, obviamente, lo simple de las cosas….simples. Además de bañar las escenas con chocolate 100% allen factory: con música, referencias a grandes del cine, palabras que viajan más rápido que la luz, capitales extravagantes que muestran la miseria en estado sublime y claro, los hermanos Marx (de ahí viene la frase que da nombre al film).

Así, va configurando un panorama que viste lo simple de complejo y lo complejo de simple, donde ¿acaso la joya sean los actores?. Haciendo deslizar en el aire a Goldie Hawn y logrando que Alan Alda (chico Allen), Drew Barrimore (es como que siempre le falta el lollipop), Edward Norton (I will always love you), Julia Roberts (100% JR), Natalie Portman (no brillaba aún y el llanto no era creíble), Lukas Haas (sí brillaba, he always did), Natasha Lyonne (antes de American Pie) y hasta el rudo Tim Roth (ídem que Haas) canten, para en ese acto ir más allá, reírse de algunas convenciones y de paso homenajear a Fred Astaire y otros, incluso al mismísimo Gene Kelly bailando con Leslie Caron a orillas del Sena en la grandiosa Un americano en París.

Tal vez Todos dicen te quiero sea una de las últimas joyas del Woody pre-europeo que uno extraña pero sin embargo hace valorar más al actual. Como dije al comienzo, es un musical distinto (en el que bailan y cantan desde los empleados de una joyería y los enfermeros y enfermos de un hospital...hasta los muertos!!!), que lo es quizás porque como dice la narradora DJ Berlín "le conté a Skylar que alguien debería contar esta historia y hacer una película y ella me dijo: mejor convertirla en musical porque de otra forma nadie va a creerla" .

Eso la transforma en verdadero lemon pie: es ácida y dulce, deliciosa dentro de su aura único, esponjosa en cuanto a ingenio, y con la certeza de que como postre afectará cada paladar de una manera única, poniendo en juego todos los sentidos a la vez.

No es poco viniendo de un postre a base de limón....¿no?

GGss

domingo, 27 de marzo de 2011

mejorando con los años

pasan los años y sigues aquí
cambian los Papas y sigues aquí


Los blockbuster de la década del 80 parecieron tener su segundo aire en los últimos años. No se modernizaron como si lo ha hecho por largos decenios Bond, James Bond, quien ha actualizado la tecnologia, descargado la mejor música, conducido últimos modelos, pero nunca perdió su mania por un martini agitado, no revuelto.
Pero como dijimos, hay otros que han asumido el paso de los años, han visto crecer canas en sus cabelleras, pata de gallo en sus ojos y la cuenta de la farmacia por antiflamatorios. He aqui 3 personajes mas cerca del geríatrico, pero que los bancamos a muerte!


puesto 3: Estoy demasiado viejo para esto (Lethon weapon, 1987-1998)


Los detectives Martin Riggs y Roger Murtaugh tuvieron que pasar mil y una desventuras (hasta salvarse de una bomba instalada en el inodoro de Murtaugh) desde que se conocieron allá en los ochenta. Varios años después, con embarazos de por medio, se dieron cuenta que ya no estaban para esos trotes y mas cuando deben recibir patadas de un maleante oriental.





puesto 2: Yippie Ki Yay (Die Hard, 1988-2007)


Desde el Nakatomi Plaza a tener que perseguir por la ciudad a Simon, John McClane se especializó en cómo correr descalzo y teñir su musculosa de blanco a negro hollín. Pero a medida que las entradas de su frente crecian, y ostentaba una lustrosa bocha, se tuvo que enfrentar a un terrorista informático, preguntandosé cómo se mueve el cursor... de todas maneras destrozar un helicoptero con un auto está más allá de los achaques.





puesto 1: No son los años querida, es el rodaje (Indiana Jones, 1981-2008)


Con su sombrero, látigo y campera de cuero, Herny Jones Junior, alias Indiana se enfrentó a nazis por los tesoros mas emblemáticos de la humanidad (olvidando la vez que se fue al Templo maldito) dando y recibiendo golpes (algo que caracteriza a todos los participantes del podio). De reencontrarse con su padre pasó a encontrarse muchos años despues con su (alerta de spoiler!) hijo mientras se escapa de spokcs y rusos comunistas.






Los años no vienen sólos, y las mañas tampoco. Han aprendido a reirse de sus años y como los buenos vinos, estos personajes clásicos del imaginario cinéfilo mejoran con las canas...


@vanemaz

lunes, 21 de marzo de 2011

Fiebre de Cine II

...porque ya había caído una vez, pero esta fue sin licencia por enfermedad


Ay el cine. Siempre el cine. Cine al fin. Cine al cabo. Cine.

Un sofá. Varios días. Muchos cines. Presupuestos, ambiciones, ideas locas, tomas, posiciones y movimientos de cámara, actores, colores, sabores. Todo puesto a disposición del genio de una espectadora y un dispositivo que imita al TiVo, sumida en los pequeños momentos que se escapaban a las obligaciones y la rutina, entregada a la diversidad del cine, y al hecho primordial de tener que ver todo lo que compulsivamente había estado grabando (y cuánto queda aún!!!!).

Acá la “listita”:

El discípulo (2003)

El típico film de espionaje en el que nada es lo que parece. Todos mienten. Todos. El film en sí. Sin embargo, al ser uno de los que llamo pochocleros asumidos, con todos los lugares comunes justo ahí donde uno sospecha encontrarlos, termina siendo entretenido, debido, claro está, a que las expectativas son bajísimas.

Están Al “nunca defraudo y casi siempre salvo las papas” Pacino y Colin “el nombre es más irish que tu imagen forzada” Farrell, que aparentemente despuntaba en su carrera. Si, más que seguro porque estaba flaco y sin marcas evidentes de toda clase de estupefacientes en el organismo. Digamos que ambos encajan bien en el papel, más Al que Col.

También está la chica novata de pelo tipo varón, actitud distante y mirada frívola que esa vez no tiene la campera azul que reza FBI (porque es de la CIA obviously) y el compañero desconfiado interpretado por Gabriel “nunca volverás a estar tan sexy como en Una canción del pasado” Match.

Rescatable: el ritmo vertiginoso que no decae…con olor a pochoclo pero necesario entre tanta falta de thrillers.

Olvidable: Collin haciendo de barman y geek del MIT.

La escafandra y la mariposa (2007)

Un film que es ante todo una real obra de arte, una pintura hecha film, una danza hecha film, un movimiento constante de una cámara que está enamorada de una historia, la de Jean-Dominique Bauby, editor de la revista ELLE, quien tras sufrir una embolia masiva y estar tres semanas en coma, despierta preso de su propio cuerpo. Sufre de "síndrome de cautiverio", tiene todo su cuerpo paralizado menos su ojo izquierdo con cuyo párpado empezará a comunicarse con un sistema muy particular.

Esto no detiene a Jean-Do, que empieza a reflexionar que aunque preso de su escafandra, su memoria e imaginación son su mariposa. Así, con la ayuda de la bella Claude (a quien comienza a dictarle la que será su futura obra literaria) se descubre capaz de ir más allá de su propia prisión.

Con un excelentemente explotado recurso de cámara subjetiva (adoro la cámara subjetiva) la mayor parte del tiempo, la narración fluye armoniosamente entre sus recuerdos, delirios, visitas, pensamientos, impotencias e intentos por darle pelea a su propia incapacidad. La fotografía y el montaje son la vedette de este film, además del genial, francés y adorado Matthew Amalric (el malo de Quantum of Solace).

Rescatable: TODO. Una joya que knockea sin cesar, que moviliza. La definición de lo que los ingleses definen como “thoughtful”.

Olvidable: disculpe, ¿cómo dice?

A single man (2009)

La opera prima de Tom Ford es una historia simple de un hombre simple que al estar tratada tan magníficamente desde la imagen, el montaje y la narrativa se vuelve complejidad de la buena.

George es un profesor universitario que pierde a Jim, el compañero de toda su vida (interpretado por el siempre impecable-siempre british-siempre hermoso Matthew Goode) y se encuentra con que no sabe lidiar con la pérdida; le cuesta, lo tortura, no lo deja seguir adelante. Cada día es para él un infierno de 24 horas, de las que ni siquiera puede escapar con la compañía de su gran amiga Charley (Julianne Moore está espléndida).

Con una música soberbia y una tratamiento de la imagen supremo, A single man traslada las emociones al espectador, lo compromete hasta el punto de las lágrimas. La primera y la última escena con el mismo protagonista como narrador son de una belleza y un shock sensitivo único. Y está Colin Firth, en su mejor papel antes de El discurso del rey, ese que terminó de confirmar que es un grande.

Rescatable: mirar este film es como asistir a una clase de “10 cosas para volver una historia cualquiera pura belleza fílmica”

Olvidable: lo olvidable sería que se olviden de verla!!!!

La otra Bolena (2008)

Dos hermanas inseparables, un hermano piola para la época, una madre que se hace la mala pero le faltan ovarios, un padre pelotudo, un tío más pelotudo aún (además de perverso, insatisfecho y con cara de asco las 24 horas….todo lo que Freud amaría en una consulta), un rey obsesivo y mujeriego y demás cortesanos que vuelven todo insufrible, son los protagonistas de esta épica pochoclera.

Volvieron los lugares comunes y esta vez de la mano de los Tudor and friends, en conflicto con la iglesia y con traumas varios. Los Bolena quieren casar a Ana, pero casan a María, entonces le presentan Ana al Rey (Ana y el Rey igual era otra peli y estaba Jodie Foster y Draco Malfoy antes de entrar a Howarts), pero el rey la elige a María. María lo atiende por las noches y le da un “bastardo varón”, pero el rey se da cuenta que quiere a la Ana renovada que volvió del exilio. Pero Ana quiere que se divorcie (cierto que estaba casado con Catalina de Aragón), y entonces se casa y le da….una hija! Y así sigue el enredo, con decapitaciones, incestos y mentiras varias. Todo por culpa del tío que si se hubiese ocupado de sus asuntos le hubiera hecho un favor a varios.

Nada nuevo bajo el sol, sólo que me gustaría destacar que está más bueno cuando usan actores ingleses para hacer papeles ingleses. Natalie tal vez va, pero Scarlett es demasiado "colina de Hollywood" para el papel y el australiano Eric Bana me agotó en estos roles…honestly.

Rescatable: Another epic film (los amantes del género le dirán que sí)

Olvidable: Scarlett cantando para Catalina.


8mm (1999)

Una cinta snuff guardada en una caja fuerte de un difunto millonario deja a su viuda perdida en el asombro, lo que la lleva a contratar a Tom Welles para averiguar qué escondía el inocente viejecillo. Pero a pesar de su (no creíble) capa de invulnerabilidad, ¿saldrá del mundo de lo hardcore hecho un trapito…?¿saldrá?

Seguro que el espectador medio ya vio este film de Joel Schumacher, trillado hasta decir basta pero efectivo para los que gusten de "El discípulo" más arriba. Por mi parte, como con Ojos de serpiente, eran films que los tenía pendientes, en ambos casos por no haberlos podido ver completos. Sin embargo, De Palma no es Schumacher….no sé si soy clara. Por si no lo soy, agrego: Schumacher camina con una cartel pegado en la frente que dice “me pagan por esto, si es por mí no se me cae una idea muchachos”. La historia incluso tiene algún que otro bache narrativo imperdonable.

Rescatable: ver a Joaquin Phoenix haciendo de vendedor de porno stuff que lee Truman Capote a escondidas es al menos divertido.

Olvidable: no le creo a Nicholas Cage (lo que es tener un tío famoso en la meca del cine che!)…pero creo que ya es un problema personal, como el que tengo con John Travolta, Adam Sandler, Robin Williams y Bill Murray...simplemente no los tolero.


Lars y la chica real (2007)

La historia es simple pero tan demente como el tierno del protagonista (al que por momentos dan ganas de abrazarlo fuerte para que monte en cólera): un muchacho con problemas de afecto y un trauma que le vuelve intolerable el contacto cercano con otros se enamora de una muñeca inflable (aunque sofisticada) que encarga por Internet, a la que nombra Bianca. Lo más desequilibrado del asunto es que su familia (su hermano y su embarazada cuñada) y toda la comunidad de la que es parte, le siguen el juego.

De repente, Bianca se vuelve una más, la llevan al trabajo, canta en el coro de la iglesia, da paseos por el bosque, va a hacerse controles periódicos al doctor y hasta va a la peluquería. Mientras tanto, Lars irá haciendo un viaje de descubrimiento interno, ayudado por el afecto y el apoyo de todos (que él igualmente jamás registra).

Lo freak no tiene límites y Ryan Gosling lo hizo otra vez, en un film con el tinte independiente norteamericano-canadiense de silencio, nieve eterna y gente no-glamorosa.

Rescatable: los actores, con Ryan a la cabeza (¿es que este pibe va a defraudar alguna vez?) y la always sweet Emily Mortimer (el que vio Match Point de Woody seguro la recuerda).

Olvidable: ¿eh? …bueno, quizás Lars cantando

Across the Universe (2007)

Un musical que vuelve banal la idea de mirar el reloj para ver cuando se acaba.

La historia del obrero inglés Jude y la chica de clase alta Lucy no es una más. Los desencuentros, alegrías, paseos, charlas, peleas en el contexto de la guerra de Vietnam, están atravesados por la singular música de Los Beatles, formando un combo alto en calidad, bizarro en imagen y colorido en cada rincón.

Con un ingenio que roza lo bello, se abordan los estados de ánimo y las situaciones que resultan de estos desde temas de la banda de Liverpool, entonados por los propios protagonistas. Lo interesante es que las canciones no rompen la armonía de las escenas sino que entran sin pedir permiso a colorear cada rincón, a medias, mezcladas, remixadas, estando tratadas a partir de la necesidad de la escena y no impuestas.

Es imposible no enamorarse de Across the Universe, y es imposible no enamorarse de Lucy y Jude (Evan Rachel Wood y Jim Sturgess la rompen).

Rescatable: TODO…pero si se me permite quisiera además agregar una palabra elemental muchas veces olvidada: FOTOGRAFÍA.

Olvidable: Bono haciendo del Dc. Robert vuelve calvario cualquier Beautiful Day…

Bous Track: La huérfana (2009)

Una cinta "de terror" que narra la vida de una familia que como se ve que no les alcanzaba con los típicos trajines del día a día van a adoptar a una pibita ya entrada en edad sin saber que esconde algo más que ganas de comerse al padre (y no me refiero a comer tipo canibal eh).

Con todos los condimentos del género (madre traumada por un error del pasado, psicoanalista de turno, hijos que no se pueden defender, padre pelotudo -versión moderna del de las Bolena-, orfanato dudoso con niños más dudosos aún, ilustraciones infantiles creepy, nieve, monja que corre peligro, casita del árbol, nieve, diario íntimo, búsqueda reveladora en Internet, nieve, elementos cortantes, casa muy vidriada y nieve -¿lo dije?-), esta peli no le llega ni a los talones a otros films (verdaderamente de suspenso) como los de algunos realizadores españoles (gloria y loor a Jaume Balagueró) que han abordado temáticas parecidas pero de una manera no tan previsible.

Rescatable: Peter Sarsgaard, always grosso (como Gosling).

Olvidable: los baches narrativos (ya una costumbre): todo sale a la luz de la nada en los últimos 2 minutos


No sé si lo dije pero el cine en casa tiene una magia especial, una magia que aunque en forma de lista, es bueno compartirla!!!!!

GGss

miércoles, 16 de marzo de 2011

Nunca fuimos modernos...ni adultos

Las peliculas de Disney siempre se caracterizaron por tener una estructura basada en los extremos. Buenos y malos, príncipe, princesa, madrastra, hechizos, canción, animales, compañeros (cuota de comedia), y el clásico: “y vivieron felices por siempre”.

Sólo basta con recordar aquellas cintas de la niñez de cuaquier adulto nacido antes de los ochenta. Cómo olvidar a La bella durmiente envenenada, Blancanieves dormida (digamos la verdad, ¿no eran creepy los enanos?), Cenicienta (con dos hermanastras con problemas de juanetes), los desdichados Hansel y Gretel (siendo abandonados y preparados a la portuguesa) o Caperucita “soy pervert” Roja (Freud se haría un festín) por el bosque y perseguida por un “lobo”. Y ni hablar del pobre Pinocho (que quería ser un niño de verdad!).

Si nos remontamos a la sección “patada al higado” tenemos a los animales con problemas: Dumbo (acomplejado con sus orejas), Bambi (huérfano), Patito (feo).. Más que alegrarnos la infancia, terminaron traumatizándonos.

Todos los perros van al cielo fue probable y definitivamente el equivalente de tirar los restos de cualquier niño al chiquero (con los Tres cerditos). Ni el beso de La Dama y el Vagabundo (del que todos recordaremos no el beso sino los spaguettis con albóndigas que abrían el apetito) pudo hacernos reponer de ese golpe canino a los bajos fondos.

Menos mal que los 101 dálmatas se reencontraron con sus padres y no corrieron el mismo destino que el pobre Chatrán. Los felinos igualmente nunca fueron privilegiados narrativamente, la muerte siempre acechó a estos bichos sagrados....Simba knows.

Hasta que un astronauta alunizó por “accidente" en el baúl de los juguetes. Se dio la mano con un vaquero y comenzó un camino (amarillo) hacia otra manera de contar historias sin acomplejar (tanto o directamente) a los chicos e involucrándolos desde la reflexión no traumática y a partir de temas más de lo cotidiano.

Este “cuento de juguetes” fue sólo el puntapie para que la lámpara saltarina se hiciera presente en el imaginario cinéfilo. Así, la factoría Pixar nos hizo ver el mundo como si fueramos pequeños Bichos, nos hizo marcar tarjeta en Monsters Inc (quién no imaginó un brazo acechando y cuando volvió a mirar se trataba simplemente de una pila de ropa). Recorrimos todo un océano (Beyond the sea) para un reencuentro memorable entre Merlin y Nemo. Fuimos superhéroes Increíbles, pero también autos de carrera (que aunque no lo crean tienen sentimientos). Incluso, con la idea de que cualquiera puede cocinar, dejaron de mostrar a las ratas como seres asquerosos (cualquier cosa consultar con Las Brujas) y nos invitaron a cocinar un maravilloso Ratatouille.

Y esto no termina allí, segundas partes se van a ser presentes, pero no podemos dejar de emocionarnos al recordar Up. Qué mejor que narrar les desventuras de un pobre viejo intentando perseguir un sueño, que como Dorothy, emprende una gran aventura para aprender que “happiness is real ony when shared” (saquen los pepeles tissue).

Pero la gente que tiene como mascota a Luxo Jr, no fue la única en incursionar en esta nueva manera de contar historias. Shrek significa antes que nada el aprender a reírse de las viejos cuentos de Disney. Una sátira de todo lo descripto más arriba. El Príncipe encantador dejó muy mal parado a aquel príncipe azul que nos inculcaron como objeto de nuestros sueños (la que no se imaginó bailando por el bosque al ritmo del ♫eres tu el príncipe azul que yo soñé♫, miente!!!).

Otras manadas extrañas también se hicieron presentes, como las magníficas Era del Hielo y Madagascar, donde un grupo desopilante de amigos intenta revalorizar la amistad a partir del viaje del héroe. Pero ojo, no todo lo que brilla es oro, hubo casos en donde en el afán de ganar al publico (mayor) con un guiño, se utilizó el recurso de asemejar las animaciones a las figuras de quienes les daban la voz...y fracasaron. Caso emblemático: Shark´s Tale que parece que se los comió un tiburón (preferimos ver Pecezuelos).

Otras como Kung Fu Panda (y el maestro Shifu de nuestra amiga Gabi Giorgio!!!), Monster House, Lluvia de hamburguesas, Igor (sublime!!!!!!!!!!), y una lista que puede seguir casi ad infinitum, son sólo algunos ejemplos de una nueva valoración a los cuentos infantiles con una vuelta de tuerca (hasta Disney tuvo que “modernizar” a sus princesas, desde una de tez morena a una Hannah Montanta Rampunzel) ya que las películas “para chicos” además de serlo para ellos, tienen un mensaje para quien lleva un niño adentro.

Quizás lo interesante es que alientan a los chicos y grandes a pensarse como personas que habitan más en el medio y menos en los extremos ideales. Seres comunes, imperfectos, que se permiten momentos de infelicidad y tristeza, seres que pueden desenamorarse de causas, decepcionarse, tener baja autoestima. Seres que sin embargo, pueden perseguir sus sueños, pueden aceptar el miedo pero aceptar también que sólo se vence aprendiendo a enfrentarlo.

Seres que conviven con los peores demonios: los propios. Seres más cerca de lo netamente humano que de lo fantástico, que por momentos nos hacen olvidar que están hechos con lapiz y se transforman en carne y hueso...

Si el cine es un espejo de nosotros, ¿porqué no hacer de ese reflejo una imagen más cercana a ese viejito que quería volar y que buscaba ser feliz que a esa princesa que quería regresar a su castillo...?



GGss & vanemaz

martes, 8 de marzo de 2011

Dime qué vistes, y te diré de qué película eres...

Nos tomamos un tiempo entre reviews y sofás para retomar con esta sección que nos divierte (o por lo menos a quienes la escriben) y nos hace bucear en el imaginario cinéfilo.

Esta vez nos metemos con uno de los elementos fundamentales del cine, esa parte indiscutible de la magia que nos muestran las luces parpadeantes de la gran pantalla. Gracias al vestuario nos trasladamos a ese mundo que se nos relata, al cual nos dejamos llevar cual dibujitos animados atraídos por los brazos del perfume.
Esta caracterización logra el realismo que se busca ya sea recreando una época histórica, o haciendonos creer que lo que estamos contemplando es un mundo mágico que realmente existe.
Desde el bigote, el bombín y el bastón de Chaplin hasta la capa y la varita de Potter, pasando por el pullover bicolor de Freddy, muchas prendas han marcado la cinematografía, y he aquí algunas de ellas:


puesto 3:
Zapatitos de Rubí (The Wizard of Oz, 1939)

Aptos para caminar por caminos de ladrillos amarillos, fueron una sensación y tal vez impusieron una moda más alllá de Oz ya que Tom Hanks se dió el lujo de pasearse por la sala de embarque de un aeropuerto en Estados Unidos, con una zapatilla roja. (y hasta el Lost aparece!!!)


puesto 2: A sombrero y látigo (Raiders of the lost ark , 1981)


Indiana no sólo rompió con el esteriotipo de docente de historia apolillado, sino que las camperas de cuerpo tuvieron su segundo aire. Y si a eso le agregamos un sombrero y un látigo, el combo parece estar perfecto.
Jack Bauer se encargó de imitar en un pequeño detalle a Jones, utilizando constantemente la bandolera en sus aventuras en tiempo real.


puesto 1: para combinar con los diamantes (Gentlemen Prefer Blondes, 1953)

A color o en blanco y negro, los vestidos de la Sra. Monroe marcaron una epoca, e impusieron la sensualidad en las mujeres. Hasta la chica material hizo de las suyas en un vestido entallado entre caballeros dispuestos a darle todo a su dama.



Párrafo aparte merecería los trajes de los superheroes y de las sagas de ciencia ficción. No es que se salga a la calle con un casco de Stormtroopers (ojo) sino que son las adaptaciones y la utilización de sus logos e iconos, en pequeños detalles acompañando la vida cotidian en un pin, un broche de cinturon, una remera, entre otros. Pero hay aquellos que recrean de manera exacta los trajes para premiers o reunion de fans, donde parece que uno se teletrasportaba a ese mundo fantastico.



el boca en boca que circula por Internet es que en el estreno de Tron Legacy, Tron Guy fue con su traje y se le tuvo que pedir que se retire de la sala porque las franjas luminosas de su traje molestaba a la platea... un grande!

Entonces ya sea como ganadora de la estatuilla dorada de Hollywood, o motivante de ideas para “noche de brujas” (bue, por estos pagos no se... ¿Carnaval?) o cumpleaños las prendas de las películas trascienden los fotogramas.


@vanemaz

sábado, 5 de marzo de 2011

Conocerás al hombre de tus sueños

El último film del gran Woody, me dejó en medio de un dilema. O volvió a ser Woody en todo su esplendor o la andropausia no lo discriminó, y cansado, dejó las cosas a medio hacer. No sé. Tampoco sé si me gustó tanto como en otras oportunidades. Trataré de darme cuenta volviendo a contar....

La historia: un coro de situaciones que se van entrecruzando, enloqueciendo cada vez más a sus desdichados protagonistas, que sufren el peso de no saber qué quieren hacer con su vida, como la mayoría de los mortales. Este estado de gataflorismo, de insatisfacción típicamente alleniano, de desear lo que no se tiene, es decir, histérico por donde se lo mire, irá pintando los trazos del relato, con el narrador omnisciente que siempre está (ya ahí tenemos para sumar al “Woody puro": historia coral, narrador, personajes neuróticos, es decir y sobretodo, insatisfechos).

Resulta que Helena Shebritch (Gemma Jones), después de ser abandonada por su esposo Alfie Shebritch (Anthony Hopkins), quien en un momento de extraña iluminación empieza a hacer todo lo posible para retrasar el envejecimiento, comienza a visitar a Cristal, una vidente. Y se sabe, estos ritos son adictivos, así que la Helena empieza a vivir de acuerdo a lo que le dicta Cristal, alterando hasta un nivel insoportable a su hija, la desdichada Sally, quien además carga con un marido vago, Roy Channing (Josh Brolin), médico que jamás ejerció para perseguir su sueño de ser escritor.

La pobre Sally sueña con abrir su propia galería de arte pero se conforma con trabajar en la de Greg (Antonio Banderas), mientras sueña también con tener hijos. Pero su esposo está obsesionado con publicar su próximo libro, dado que sólo tuvo éxito con el primero. Entonces alterna sus ratos de escritura con su nueva vecina, Día (Freida Pinto), que siempre se cambia al lado de la ventana abierta, siempre tiene sexo al lado de ventana abierta y siempre se viste de rojo. Día está comprometida y a punto de casarse, pero no por eso deja de responder al histeriqueo bastante explícito de Roy.

Mientras tanto, Alfie presenta a su nueva novia Charmaine (Lucy Punch), una escort devenida en puro patetismo no-chic, con quien se casacon el sueño de que lo convierta en padre de un hijo varón.

Todas las situaciones comenzarán a enredarse hasta formar una gran sopa de inseguridades, de individuos que buscan, constantemente, pero al no saber qué, sufren, no pueden encontrar porque primero tienen que hacer realidad el cotidiano deseo de encontrarse ellos mismos. Pero como eso es casi imposible (el casi es una formalidad), siguen viviendo de alguna que otra ilusión, de sueños, de ires y venires propios, de esos de todos los días.

Este último es otro elemento a favor del "Woody puro", mezclado con las conversaciones de tinte filosófico, el homenaje a grandes como Ibsen, la música clásica, y la ópera que nunca falta, acompañando y en escena. También está el personaje del propio Woody encarnado, en este caso en Alfie, tanto en sus movimientos y gestos inquietos y su manera de hablar como (y obviamente) en sus desilusiones.

También está Londres, con su ritmo, sus calles hermosas, sus taxis y su paz europea, todo un personaje en sí mismo. Y Europa, según coincidimos con mi amiga y colega y colaboradora de El Gabinete, Giselin, contagió a Allen en un punto de la narración: el final. Woody nunca termina sus historias, eso lo convertiría en alguien que no admiraríamos, pero sí, las cierra (en cierta manera, conceptualmente). En este caso nos sorprendió el fundido a negro y los títulos de un momento a otro. Quedó todo por la mitad.

La efectividad de las historias corales reside en que la mayoría de las veces todas confluyen en alguna idea. Pero aquí lo único que sabemos, es que los personajes siguen siendo infelices, mucho más que al comienzo. Seres imperfectos, seres enredados en su propia locura, seres impuros, sucios, que guardan mugre bajo la alfombra, que pecan una mil y veces.

Pero creo que es esta la idea que rodea el film y a todo Allen. A pesar de la infinidad de decisiones que podemos tomar, la infelicidad es propia del ser humano, como bien plantea en Crímenes y Pecados: “la alegría humana no parece haber sido incluida en el diseño de la creación”. Quizás la clave de los pequeños momentos de felicidad está en valorarlos, en disfrutar de las cosas más simples en intentar pensar que podemos vivirlas en esta vida y no en otras como cree Helena influenciada por las ilusiones que Cristal planta en su mente cual Inception.

Quizás esté en nosotros vivir de ilusiones o tomarlas para lograr y valorar lo que la vida va brindando a medida que nos movemos por ella, que la transitamos con todas nuestras imperfecciones. Una vida que es tan frágil que puede terminar en cualquier momento, como reflexiona el narrador a partir de muerte de uno de los compañeros de póker de Roy.

Entonces ahí es donde sumo el último punto al "Woody puro", y digo que el final es proporcional (y Woody no sufre aún de andropausia).

El final es puro Woody. El final es la vida misma.

Bonus track alleniano para destacar: los paneos que van y vienen en las escenas dramáticas! EXCELENTES!!!!

GGss