lunes, 8 de octubre de 2012

Sueños de Libertad

Una vez más he saldado mi deuda. El día se prestaba. La tarde ofrecía esa brisa bipolar teñida de un gris que clamaba decorar el aire con un poco de celuloide. Las gotas viejas de agua pasada por agua pedían a gritos el aroma a pochoclo que siempre quiere salir un poco más allá de la pared mental.

Bueno, dejando lo poético de lado, paso a contar...

Hacía bastante que la tenía en el tintero. La veía cada vez que pasaba por la dvdteca, incluso me insistía subida a caballo del primer puesto en el ránking IMDB, ese lugar que es casi para un cinéfilo un segundo hogar (o mejor dicho, un tercer hogar, el segundo es la pantalla grande...¿o el primero?). En fin.

Sueños de Libertad (The Shawshank Redemption) ya viene de antemano con un halo de prestigio, un "no se qué" que la abala,que apura la decisión de cualquier espectador detenido en la reflexión sobre la duración: un film que transcurre en una cárcel y dura 142 hace meditar hasta al más entusiasta. Es en estos casos cuando una y otra vez miro la tapa y leo las frases-tiraflores, incluso, hago una rápida búsqueda en el universo bárbaro del Sr. Google, como para tomar fuerzas.


La historia, que como tantas otras está basada en una historia contada por Stephen (the) King, puede parecer conocida, aún así, está tan bien contada que verla es todo un hallazgo. 
Resulta ser que Andy Dufresne es condenado a dos cadenas perpetuas por dos crímenes que no cometió: el de su esposa y su amante; y es enviado a la cárcel Shawshank en el estado de Maine (¿dónde sino Mr. King?). El comienzo será duro pero poco a poco irá haciendo amigos, poniéndose bajo el ala de las autoridades y haciendo cosas que lo volverán la figura del lugar. Pero, en el camino, su sed por recuperar la libertad que le robaron lo hará ir por más. Allí conocerá, entre un puñado de #gentealhorno, a Red, un recluso que se volverá poco a poco su mejor amigo, compañero y confidente, alguien elemental en su vida.

El film está contado por Red (un Morgan Freeman como siempre, impecable) que aporta su punto de vista volviendo más amena la crueldad y dureza del ecosistema carcelario. Tim Robbins como Dufresne, por otro lado permite una identificación sin igual con el espectador. Frank Darabont el director (el mismo de Milagros Inesperados, también con una temática sobre la cárcel y un inocente condenado, también basada en una novela de King), se luce como director con un film que tiene merecidísimo su puesto número 1 junto a "El Padrino" de Francis Ford Cópolla, un film que nos hace pensar en palabras como esperanza, libertad, fuerza, identidad, identificación, poder, guantes blancos...y sobretodo, en el concepto de "ambiente" y "social", ese lugar que nos envuelve tanto tanto que cuando lo abandonamos nos sentimos sin identidad.

A esta altura no sé si es King el obsesivo o Darabont...lo que sí es seguro, sus tan bien narradas obras son capaces de cambiar una aburrida tarde de feriado en algo tan hermoso como la libertad que Darabont con tanta pasión buscó hasta el final.

¿Qué más decir? No sé, no estoy muy inspirada, pero tengo una certeza: la RECOMIENDO! Cuando se estrenó esta peli yo tenía 10 años...me falta poco para cumplir los 30!
No esperen tanto!!! 

GGss


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