Corría el año 1957 y los barrios de las afueras de las ciudades estadounidenses parecían reflejar una tranquilidad que nos acostumbramos a ver en el cine. Desde ese primer encuentro junto al camión de mudanzas, los dos supieron que nada sería igual.
Así, Rob Reiner construye una hermosa historia contada desde los puntos de vista de ambos, mostrando sus realidades, la manera en que construyen al otro. Tierna hasta la médula, con momentos de humor y con una carga reflexiva perfecta como para hacernos lagrimear.
Amarán a Julianna y a Chet Duncan el abuelo de Bryce, aunque sea una película tristima sobre el amor, a la altura de Mi primer beso.
@Eugess
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