miércoles, 11 de julio de 2012

Metrópolis: una experiencia sin palabras

Sentencia:
"el mediador entre 
el cerebro y las manos
ha de ser el corazón"


El pasado fin de semana fuimos testigos de una experiencia única, que imaginábamos y soñábamos vivir pero que no pensábamos se haría realidad.

Varios días pasamos anunciando el evento por cuanto canal tuvimos a mano, invitando al que pudiera y sintiera curiosidad, ya que sabíamos que por otros compromisos no íbamos a poder ser de la partida (y "amigos son los amigos")... pero llegaría un mail...

Por localidades agotadas, se agregaba una función el sábado por la tarde. ¿Cómo conseguir mi entrada? Llame y llame y llame a la boleteria para preguntar horarios, y nada. A la mañana siguiente fui al teatro, y tras esperar que abrieran podía decir feliz que tenía mi entrada para ver Metrópolis!


Por muchos es considerada una de las cintas más importantes que nos dio el cine. No sólo por la magnitud y vigencia de su trama, sino por haber sido pilar y referente de muchísimas historias que se basarnos en la de Fritz Lang para contar las propias.

Comenzando por el final decimos que se trató de una experiencia sin palabras! Pero, lo se, debo comenzar antes, ya que la historia de este clásico del expresionismo alemán tiene mucha vida más allá de la gran pantalla.



Al poco tiempo de ser estrenada en enero de 1927 (se rodó entre 1925 y 1926), la cinta comenzó un camino de cortes y ediciones como muy pocas en la historia. El contenido altamente político para la época (certeramente ubicada en el año 2000 pero totalmente atemporal) como la extensión (pasandas las 2 horas 30 minutos), hicieron que comenzarán a circular versiones mucho más cortas y "suaves"... igual creo recordar que el peor cambio de sentido gracias a nuevo montaje se lo llevó El Acorazado Potemkin otro clásico mudo, esta vez soviético (lo dejamos para otro momento...).

Por mucho tiempo se pensó que aquella versión con la que Fritz Lang soñó y que Thea Von Harbou escribió, se encontrará pérdida para siempre... Pero el destino juega malas y buenas pasadas.


Por aquellas epocas Argentina era un epicentro cinéfilos, centeras de salas brindaban la posibilidad de disfrutar todo tipo de cine, el distribuidor argentino Adolfo Wilson logró adquirir la versión estrenada antes de que comenzaran los recortes. Con el tiempo esta paso a las manos del coleccionista Manuel Peña Rodríguez, quien conservó una copia local completa.
Pero este material primero reducido de 35 a 16 mm, para luego ser conservado en el Fondo Nacional de las Artes y en el Museo del Cine Pablo Ducrós Hicken, hasta su afortunado descubrimiento en el año 2008.
Ya habiendo sido restaurada en el viejo continente en incontables oportunidades desde el 2001, pero este hallazgo hizo relevante una nueva versión y es en esta en donde se puede apreciar en casi toda su magnitud la visión de Fritz Lang...



Sobre esta historia, TCM (nuestro canal de cabecera) ha pasado varias veces el documental "Metropolis refundanda" donde se puede conocer con entrevistas a los protagonistas, las idas y venidas que el material supo tener.



Así llegamos al fin de semana pasado, cuando la ciudad de Rosario (como ya lo fuera Berlín y Buenos aires) pudo ser testigo de la versión más completa y fiel de Metrópolis.

Pero mucho estamos hablando de la cinta, hablando desde la emoción con que un niño consigue el añorado regalo de Papá Noel, pero ¿de que viene?

En Metropolis, la ciudad del orden, los señores viven una plácida existencia sobre la superficie, mientras que los demás trabajan para ellos en la ciudad subterránea, controlando enormes maquinas. La joven Maria predica la esperanza entre los trabajadores, y Freder, el hijo del Señor de Metropolis, se enamora de ella tras comprobar la injusticia social que su padre está permitiendo.
Entonces, el Señor ordena a un inventor apellidado Rotwang que el androide con el cual esta trabajando tenga la imagen de Maria, suplantar a la original y conducir a la perdición a la clase baja.
Pero el androide solo obedece a Rotwang, y todos correrán un grave peligro cuando las cosas se vayan de control...

Por donde empezar ahora...


La proyección tuvo un condimento extra, de esos que nos gustan y que nunca nos imaginamos.... una orquesta en vivo. No cualquier grupo, sino National Film Chamber Orchestra, quienes desde hace varios años se dedica a musicalizar películas mudas.

Esto no es poco decir, porque sumado a lo impresionante de las imagenes en movimiento, escuchar la música en vivo, como en las producciones originales mudas, hace que la piel, aun hoy, se me ponga de gallina (teniendo en cuenta ademas que solo una semana antes, fuimos a ver teatro musical, con pista grabada... cosa de locos!)


Sigue sin haber palabras para explicar la sensación peculiar que despertó la proyección. A pesar de estar acostumbrada a ver cine mudo, no se notaba la falta de voces. Los intertítulos y la convergencia entre la música en vivo y la magistrales imágenes en movimiento, hicieron y hacen de Metropolis una película muda pero con voz propia.

El leve sonar de una campana a tiempo, el repicar de uñas de vaca cual pasos, las cuerdas magistralmente interpretadas hicieron que las dos horas y medias se pasen tan (o demasiado) rápido.

Pero ello no es solo merito de la orquesta en vivo, me parece que un señor apellidado Lang, tiene mucho que ver.

Todos hablan de la vigencia que aun hoy presenta su trama, una historia que parece repetirse sin soluciones una y otra vez. Clases oprimidas y maquinas, alienación del trabajo y lucha de clases, pecados capitales y manipulación (porque la religión también mete el dedo en la llaga con Maria y las catacumbas), todas ellas puede leerse desde cualquier época y contexto. Si Lang estaba de acuerdo o no con este trasfondo político, siempre pareció ser tema de discusión, lo cierto es que la obra que creara se le fue de las mano y tomo vuelo propio en estos temas, siendo utilizados por muchos como estandarte para sus reflexiones y discursos.


Vuelta de página...


Que decir sobre los efectos especiales. La forma en que mostró esta ciudadela del futuro (hoy ya pasado) con grandes rascacielos y autopistas en lo alto (homenajeada en la malisima "Capitán Sky y el mundo del mañana"), muestra la gran habilidad de un grupo de técnicos y expertos, encabezados por Eugen Schüfftan quienes lograron dar vida a esta ciudad llena de luces y vida, y la oscura ciudadela subterránea. Así el uso de maquetas y espejos para lograr profundidad fueron luego utilizado por otros grandes cineastas. 

LA ESCENA es la transformación. Una secuencia cuando el inventor cual Frankenstein le da vida a la versión andriode de Maria, donde es la mismísima actriz Brigitte Helm quien se encontraba dentro y tuvo que soportar llevar adelante las escenas y que le cosieran el traje a su alrededor (dicen las malas lenguas).... ¡¡¡esos aros lumínicos y los haz de energia que desprenden los instrumentos!!!



... vuelvo al vivo...


"Los defectos son insignificantes comparados con el material redescubierto que representa" dijo el critico norteamericano de cine Roger "pulgares arriba" Ebert, y cuanta razón tiene. Si bien son notorios los 26 minutos agregados, ya que el deterioro de las imágenes y que estas fueran acomodadas en la pantalla con franjas negras arriba y a la izquierda, sorprenden la primera vez, en los próximos movimientos uno se olvida completamente. Vemos nuevos planos y contraplanos, algunas tomas extendidas, conocemos un poco mas de la vida cotidiana de Metropolis (ascensor y maquillaje de por medio), como de la persecución que vive Freder por el perro ladero de su padre.
Aunque es una pena que los menos de 30 segundos que deben ser la pelea del inventor y el amo (momento crucialllllllll de la historia) aun sigan perdidos...




Que mas se puede agregar de una producción que todo estudiante de cine o cinefilo empedernido ha visto, pero que de seguro todos alguna vez hemos ya sea por el androide o por alguna otra escena homenajeada sin saber de donde provenía (tal vez el vídeo de Queen sea el mas conocido, mientras que el sueño/delirio de James Stewart en Vertigo también puede ser parecido...), bueno ahora podemos ver "la fuente".

Por mi parte, había sido testigo de las versiones anteriores, no creo que de todas pero si de las mas renombradas. En el ciclo "Shhh!" que se emitía los sábados a partir de las 9 de la mañana el desaparecido canal Retro (hoy TCM, todo tiene un porque), contemplamos la versión de 90 minutos. Pasado unos meses, me hice poseedora de una versión en dvd de casi dos horas gracias a la colección "Clásicos del cine universal" de SBP. Este finde quede anonadada una vez mas pero con la versión extendida, mas bien, con el final-cut de Lang.



Nostalgia de por medio por los primeros meses de El Gabinete, espacio de cine que le debe su nombre al expresionismo alemán y que tuvieras sus inicios en el cine mudo...
Remembranzas a conversaciones mas teóricas sobre inteligencia artificial, que lo dejamos para otros blogs y que me dieron ganas de volver a ver Blade Runner (proximamente)....

Esperanzas que se repita pronto...

ojalá...

con orquesta en vivo...

ojalá...

 En verdad, me conformo con volver a verla, o tal vez con que se estrenen otra clásica de los inicios del cine, porque respuesta hubo (dos salas llenas) y se me hiela la piel de pensar ver a La pasión de Juana de Arco, o aterrorizarme con un Nosferatu...

ojalá...


@vanemaz



2 comentarios:

Gise dijo...

Entre la promo del otro día y esta crónica, ya está! Me convenciste! La quiero ver!

Excelente como de costumbre lo tuyo!

vanemaz dijo...

Cuando gustes! Sí vuelve al cine vamos, sino la versión anterior está en casa :-)