3º: Un papá genial (1999)
El aprendiz de padre…
Adam Sandler como Sonny Koufax
nos trae la historia de un soltero treintón que, para impresionar a su novia,
acepta hacerse cargo de un niño huérfano, hijo de unos amigos. Juntos irán descubriendo y descubriéndose,
armando y desarmando una relación que condimentarán con grandísimas dosis de humor.
Sandler sabe de comedia, y lo banquemos (o no tanto), no podemos dejar de lado el magnetismo que provoca
con este tipo de historias (y obvio que los hermanos Sprouse dándole vida al pequeño Julian no se quedan atrás).
2º: Están todos bien (2009)
El padre ausente…
Frank Goode es un viudo reciente que se encuentra un día con una situación que hasta el momento desconocía: su
propia familia. Con cuatro hijos viviendo en cada extremo de Estados Unidos, emprenderá un viaje de (auto)conocimento con el objetivo de visitar a cada uno
de ellos y reunirlos para navidad. Acompañado por sus recuerdos, sus prejuicios
y sus mañanas de viejo, se enfrentará a cada uno de ellos (y a sí mismo) como
padre. Ya nada (ni nadie) será igual al regreso.
Grandes actores (Robert De Niro + Drew Barrymore
+ Kate Beckinsale + Sam Rockwell) y una hermosa historia que indudablemente
provoca la identificación.
1º: Papá por siempre (1993)
El padre superhéroe…
Daniel Hillard (Robin Williams) es un buen tipo. Tiene algunos problemitas en su trabajo como doblador de películas y su matrimonio está en crisis, pero de algo está seguro: haría cualquier cosa por sus tres hijos. Aunque él cree que es sólo un impasse, la cosa se complica y van a juicio. Para evitar ver a sus hijos sólo una vez a la semana lleva a cabo un loco pero maravilloso plan: se convierte en la señora Doubtfire, niñera y algo más, un personaje que crea para estar cerca de ellos. Las idas y vueltas alocadas lograrán un acercamiento impensado con sus hijos; pero el plan se irá cayendo junto con el maquillaje de la señora.
¿Qué somos capaces de hacer por
nuestros hijos? ¿Qué somos capaces de dar y perder en el intento? ¿Hasta dónde
llega el amor? Todas esas preguntas serán respondidas por esta señora gorda y
amorosa, que nos transportará a nuestra más tierna infancia (porque desde este
espacio asumimos que TODOS han visto alguna vez está peli…) y nos arrancará más
de un lagrimón.
El plus se logra con Sally Field
como Miranda (la ex) y Pierce Brosnan (un poquito antes de ser Bond) como
Stuart (el actual de la ex).
¿Por qué la ubicamos en el primer
puesto? Por todo: historia, actuaciones,
legado…y por la gran capacidad de afección en el espectador.
GGss
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