lunes, 1 de julio de 2013

Julio y sus mensajes cinéfilos

El cine siempre ha sido un fiel reflejo del imaginario colectivo, del inconsciente colectivo y del pensamiento colectivo, es decir, un vocero de cierta idiosincrasia, cierto afán de decir “éstos somos, aquí estamos”. El cine norteamericano, en ese sentido, ha construido su edificio, su cara visible, a partir de esto.

A diferencia de Europa, que se critica mediante el arte, the United States of América se ha valido de una gran maquinaria icónica y simbólica para posicionarse en el mundo. Julio, en ese sentido, no es un mes inocente sino todo lo contrario, es el mes paradigma, porque incluye un evento fundante de este pensamiento, y en consecuencia, de este cine. Hablamos del 4º of July, Día de la Independencia.

Así como las calles se visten de azul, rojo y blanco, las banderas envuelven hasta el inodoro y las apple pie llenan el ambiente con su tibieza, el cine proyecta sus sueños patrióticos. Nosotros, padecemos todo esto por estos pagos, aunque sin quejarnos agachamos la cabeza, compramos pororó y decimos “Yo a esto ya lo viví”.


Una cinta como Día de la Independencia (la madre de todos los films golpe bajo patriótico) es sólo un ejemplo. Qué decir de: El día después de mañana, Impacto profundo (dentro del género LA apocalipsis), El embajador del miedo, Mentiras verdaderas (cómo olvidar a Arnold diciéndole a la hija “nosotros matamos, pero nosotros somos de los buenos”). Ejemplos hay miles, y de hecho nos gustaría convocar a participar mencionando ejemplos que los hayan empalagado. Porque siempre que una amenaza espacial, marciana, sanitaria, política, atómica, bélica los acecha, ellos sacan la bandera, se visten y salen a la cancha…o eso es lo que nos han querido comunicar desde siempre.

No me quiero ir sin dejar de mencionar La masacre del Tío Sam, un film que marcó mi adolescencia, un film del que aún hablamos con mis compañeros de secundaria, un film en que el terror que se confunde con la ironía, el miedo con la risa, lo BIZARRO con lo barato, y el “¡mirá vos!” con el “¡no podés!”, un film que cuenta la historia de un veterano de la Tormenta del desierto que todos los 4 de julio se levanta de la tumba para matar ciudadanos no-patriotas luego de que unos adolescentes quemaran una bandera norteamericana sobre el lugar en que se encontraba enterrado (hay elementos yankeenizantes para hacer dulce), y cuya escena con el Tío Sam abriendo el ataúd quedará para siempre grabada  en mi mente.

En fin, ya que estamos en el mes en cuestión, la idea es pensar en esos filmes que, en el afán de representar los mejores valores, terminaron convirtiendo todo en un mamarracho...¿se animan?


GGss

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