El cine siempre ha sido un fiel
reflejo del imaginario colectivo, del inconsciente colectivo y del pensamiento
colectivo, es decir, un vocero de cierta idiosincrasia, cierto afán de decir “éstos
somos, aquí estamos”. El cine norteamericano, en ese sentido, ha construido su
edificio, su cara visible, a partir de esto.
A diferencia de Europa, que se
critica mediante el arte, the United States of América se ha valido de una gran
maquinaria icónica y simbólica para posicionarse en el mundo. Julio, en ese
sentido, no es un mes inocente sino todo lo contrario, es el mes paradigma,
porque incluye un evento fundante de este pensamiento, y en consecuencia, de
este cine. Hablamos del 4º of July, Día de la Independencia.
Así como las calles se visten de
azul, rojo y blanco, las banderas envuelven hasta el inodoro y las apple pie llenan
el ambiente con su tibieza, el cine proyecta sus sueños patrióticos. Nosotros,
padecemos todo esto por estos pagos, aunque sin quejarnos agachamos la cabeza,
compramos pororó y decimos “Yo a esto ya lo viví”.
Una cinta como Día de la
Independencia (la madre de todos los films golpe bajo patriótico) es sólo un
ejemplo. Qué decir de: El día después de mañana, Impacto profundo (dentro del género
LA apocalipsis), El embajador del miedo, Mentiras verdaderas (cómo olvidar a
Arnold diciéndole a la hija “nosotros matamos, pero nosotros somos de los
buenos”). Ejemplos hay miles, y de hecho nos gustaría convocar a participar
mencionando ejemplos que los hayan empalagado. Porque siempre que una amenaza
espacial, marciana, sanitaria, política, atómica, bélica los acecha, ellos
sacan la bandera, se visten y salen a la cancha…o eso es lo que nos han querido
comunicar desde siempre.
No me quiero ir sin dejar de mencionar La masacre del Tío Sam, un film que marcó mi adolescencia, un film
del que aún hablamos con mis compañeros de secundaria, un film en que el terror
que se confunde con la ironía, el miedo con la risa, lo BIZARRO con lo barato, y el “¡mirá vos!” con el “¡no
podés!”, un film que cuenta la historia de un veterano de la Tormenta del
desierto que todos los 4 de julio se levanta de la tumba para matar ciudadanos no-patriotas
luego de que unos adolescentes quemaran una bandera norteamericana sobre el
lugar en que se encontraba enterrado (hay elementos yankeenizantes para hacer
dulce), y cuya escena con el Tío Sam abriendo el ataúd quedará para
siempre grabada en mi mente.
En fin, ya que estamos en el mes en cuestión, la idea es pensar en esos filmes que, en el afán de representar los mejores valores, terminaron convirtiendo todo en un mamarracho...¿se animan?
GGss
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