miércoles, 1 de junio de 2011

El ladrón de orquídeas

To begin... To begin... How to start? I'm hungry. I should get coffee. Coffee would help me think. Maybe I should write something first, then reward myself with coffee. Coffee and a muffin. Okay, so I need to establish the themes. Maybe a banana-nut. That's a good muffin

Charlie Kauffman

Hacía tiempo que la perseguía. Los avatares del destino cotidiano de cualquier cinéfilo promedio hacían que siempre se me adelantara, como papel en el viento. Así, pasó el tiempo…casi diez años para ser exactos. Y por fin, finalmente, un día, la encontré.

Había llamado mi atención desde siempre, no sabía bien por qué, quizás en aquél momento no podía comprenderlo con claridad. Me pesaba ver que ya estaba en pleno nudo cada vez que la descubría haciendo zapping. Esta vez fue distinto. La encontré (¿o me encontró ella a mí?).

La cinta en cuestión que valió esta introducción "algo épica" diría un amigo, es nada más ni nada menos que El ladrón de Orquídeas, del genialmente bizarro Spike Jonze. Una cinta que bien puede parecerle una excusa para cambiar de canal a más de uno, o tal vez les pase lo que me pasó a mí y quieran elevarla a algún ranking sagrado.

La historia gira alrededor del proceso creativo, ese momento que ha ocupado fotogramas y fotogramas de la historia del cine (Fellini y Woody han hecho escuela de esto). El desdichado en cuestión es Charlie Kauffman, en la piel de un Nicholas Cage distinto, es decir, sin ser él. Raro. Magnífico. Cage le da vida al propio Kauffman, en un intento de éste último de parodiarse, recrearse, reírse de sí mismo, reflexionarse, incluso, crearse un alter ego en la figura de su hermano Donald, todo lo que él quizás quisiera ser (o no).

Kauffman debe adaptar El ladrón de orquídeas, la obra literaria de Susan Orlean (en la piel de la brillantísima como la brillantina Meryl Streep), una periodista de The New Yorker, quien a su vez basó su libro en un artículo que había escrito sobre el arresto de John Laroche y un grupo de Seminoles en 1994 debido a la caza furtiva de raras orquídeas en la Reserva Estatal Fakahatchee Strand de South Florida.

Kauffman no puede crear, le falta el elemento dramático en una historia que según él no lo tiene…debe encontrarlo, en algún lado, aunque requiera meterse dentro de su ser. Así, irá probando, probándose, enredado en la convivencia con Donald (que quiere aprender de él y encima tiene éxito con el guión de su thriller), enamorado de Amelia y dedicando el resto del tiempo libre a la masturbación y la lectura reiterada de Charles Darwin y Susan Orlean (quien a su vez comienza a convertir su admiración por el desdentado Laroche en deseo de otro tipo).

El film es grandioso desde varios planos: interesante a nivel narrativo (todos se auto-narran) y a nivel montaje, va y viene en el tiempo, mezcla fragmentos de videos grabados en estudio durante el rodaje de Being John Malkovich (de Jonze y Kauffman, of course), con los propios actores participando en la trama, a nivel fotográfico, y last but not least, a nivel actoral, con los impecables ya mencionados y los dos “actores que lamentablemente siempre serán segundones pero eso no les quita excelencia para nada” Tilda Swinton y Chris Cooper (algún día armaremos un post sobre este tema de los eternos no-protagonistas). Los banco y nunca podré dejar de hacerlo (junto con Catherine Keener, también presente).

Con todo, la historia es un relato exquisito sobre la vida, sobre la pasión, sobre lo que uno realmente desea y lo que hace para lograrlo (si lo hace), sobre las situaciones alocadas que siempre nos rodean y sobre el placer de crear. Todos adaptan (los Kauffman, Orlean) y todos se adaptan, se readaptan, terminan transformados como sus mismo escritos. No en vano el nombre original de este film es Adaptation y quizás, no en vano, llegó a esta cinéfila en este momento. Por eso, el que guste de las letras, el que ame perderse en ellas y sufra cuando no puede llenar la hoja de la manera que sueña, comprenderá a la perfección los fantasmas del pobre Charlie y adorará sobretodo el monólogo inicial de Kauffman, de esas joyitas que escasean en el cine...

No esperen tanto para verla!

GGss

Perlita: el esposo de Susan es interpretado por el gran Curtis Hanson (y hay más perlas pero se las dejo para que las encuentren yourselves)!


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