El cine nunca deja de sorprenderme. Las últimas 48 horas me sometí a dos experiencias diferentes. La primera en pantalla grande, la segunda, desde mi pequeño, normal y cómodo televisor hogareño.
Casi sin querer, cada uno de los filmes parecían estar hechos para esa medida, cómo sabiéndolo…
El primero, Unthinkable, cinta norteamericana traducida para estos pagos como “El día del juicio final” (maten al que sugirió este título por favor!), cuenta en 90 minutos, las mil caras de una moneda llamada moral, el borde que cada uno traza (muy a su manera) entre lo que está bien, lo que está mal, lo que se debería hacer, lo que es políticamente correcto, lo que hay que ocultar, lo que hay que mostrar teatralizado y lo que nace de las propias entrañas.
En el medio, un ex ciudadano norteamericano que le dice al mundo que el viernes al mediodía hora del Pacífico van a explotar tres bombas nucleares en tres ciudades de Estados Unidos, una agente del FBI con todas las características que requiere el puesto (es decir: cara de orto permanente y falta de vida propia) y un negro con más traumas que Dr. House, y un método de trabajo que entrará en conflicto con los otros y con él mismo. Para completar el combo, el US Army siempre listo, y la gente con cargos altos que mueve los títeres y adora usar guantes blancos.
Con los elementos narrativos-nuestros-yankees-de todos los tiempos (nada es lo que parece hasta el final, obvio), el film del “como crecí en una base de la fuerza aérea, o sea, era un familia affair” director Gregor Jordan se deja ver, entretiene, hace olvidar que afuera se largó una tormenta terrible y el auto quedó casi al intemperie…podría ser peor!
Lo mejor: todos los fluidos corporales (no se asusten, de la cintura para arriba) que tiene que expulsar Michael Sheen…y la panza de Samuel Jackson.
Lo peor: la chuequera de Carrie-Anne Moss (creo que un elefante pasa tranquilo entre las piernas de esta mujer), pero la banco!!! Es mejor (por lejos lejos lejos, sino los fans de Matrix me pegan) que el clon venido abajo por el botox: Courtney Cox (ya no más Arquette)!
Lala (Inés Efron) y l
Juntas sueñan con irse a vivir a Paraguay, al pueblo natal de
Están a punto de llevar a cabo el plan pero una noche encuentran muerto al juez Bronté. A partir de ese hecho, el film irá narrando, yendo y viniendo, llevándonos y regalándonos hermosos, por momentos crudos, momentos. Destaco la fotografía, excelente, por momentos parece que todo ocurre en un cuadro.
Lo mejor: la voz de Lala es tan aniñada que aturde, sin embargo, completa bellamente la obra.
Lo peor: Arnaldo André haciendo esta vez sí, de paraguayo…(disculpen, pero capaz es porque no me cae este hombre)
Hasta aquí el 2x1!
...cuánto cabe adentro del mundo de celuloide, ¿no?
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